Las familias cristianas se suelen reunir en la noche del 24 de diciembre, víspera de la Navidad, y hacer una cena muy abundante. Se acostumbra comer pavo y otros platillos propios de esta época. Se trata de que sea una cena especial, distinta a la de todos los días, ya que se está celebrando el Nacimiento del Hijo de Dios. Esta costumbre nació en Europa y simboliza la abundancia que Cristo nos trae con su llegada.
Antes de la cena, la familia se reúne junto al Nacimiento y para realizar la ceremonia de arrullar y acostar al Niño Dios.
Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.
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